Cómo sobreponerte al despido desde la resiliencia
Según la definición de la Real
Academia española, se trata de “la capacidad humana de asumir con flexibilidad
situaciones límite y sobreponerse a ellas”. Ser resiliente no significa no
sentir malestar, dolor emocional o dificultad ante las adversidades.
La mirada del despido a través de
la resiliencia permite hacer frente a las adversidades, superarlas y salir de
ellas fortalecido, o incluso transformado. En este sentido, se favorece el
autoaprendizaje, la capacidad de adaptación, el dominio de sí mismo y se
minimizan potenciales efectos desestabilizadores en materias de stress,
confianza, autoestima y de reinserción laboral.
La resiliencia es un enfoque útil
para el trabajador despedido pues permite enfrentar la pérdida del empleo como
un proceso de crecimiento y de cambio, de nuevos espacios para establecer
relaciones sociales y de reconstrucción interior hacia nuevos horizontes de
aprendizaje.
La etapa de despido te puede
proporcionar nueva información sobre ti mismo al observarse en una nueva
situación, lo que debe inducir constructivamente a una modificación de tu propio
autoconcepto y de la imagen hacia los otros. Estas transformaciones requieren
de un proceso de adaptación personal que debe ser direccionada a partir de la
resiliencia. De esta forma, la resiliencia incentiva actitudes y
comportamientos positivos y proactivos que facilitan el actuar de los
individuos en la búsqueda de empleo.
Uno de los ejemplos más latentes en este
sentido es la aparición de nuevas oportunidades para realizar actividades
favoreciendo la capacidad emprendedora y la generación de empresarios y consultores.
Además, permite concluir el ciclo de despido en un menor tiempo, minimizando
costos y favoreciendo estrategias creativas de inserción.
En este sentido, es importante
desarrollar características personales vinculadas con la creación de capital relacional,
favorecer una autoimagen positiva, dimensionar problemas, tener sentido de
esperanza ante las dificultades y transformar las experiencias de aprendizaje
en proyectos exitosos.
Las personas resilientes poseen tres características principales: saben aceptar la realidad tal y como es; tienen
una profunda creencia en que la vida tiene sentido; y tienen una inquebrantable
capacidad para mejorar.
Además, presentan las siguientes
habilidades:
•Son capaces de identificar de
manera precisa las causas de los problemas.
•Son capaces de controlar sus
emociones.
•Saben controlar sus impulsos y
su conducta en situaciones de alta presión.
•Tienen un optimismo realista.
•Se consideran competentes y
confían en sus propias capacidades.
•Son empáticos.
•Son capaces de buscar nuevas
oportunidades, retos y relaciones para lograr más éxito y satisfacción en sus
vidas.
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